FAUDA#4 – La victoria está cerca (2024) – FAUDA

OÍMOS EL GRITO DE VENCER AL ENEMIGO El pasado mes de Ramadán puede considerarse uno de los periodos de mayor orgullo de la lucha del anarquismo palestino contra el apartheid del régimen sionista. Sin duda, los esfuerzos de un gran número de jóvenes de Cisjordania que dejaron sus hogares y familias para luchar día y […]

FAUDA#4 – La victoria está cerca (2024) – FAUDA

La crisis ecológica y el auge del posfascismo

Por Antithesis
Publicado originalmente por Ill Will en https://illwill.com/antithesi
Traducción al español por Amapola Fuentes (Colapso y Desvío).

Prólogo por Amapola Fuentes

En los últimos días se ha hecho viral en redes sociales el asunto de Taylor Swift y el uso desmedido de su jet privado. Más allá de la cantidad de memes que han aparecido al respecto, hay algo de serio en este hito: Las clases dominantes, por muy adherentes al capitalismo verde, siguen reproduciendo sus lógicas. Y es que esa actualización de lavado verde del régimen económico y de relaciones sociales es precisamente eso: más de lo mismo, asegurándose de mantener sus condiciones de existencia en el planeta.

Dentro de este texto de Antithesi se menciona parte de esta crítica sobre el greenwashing del capitalismo verde: ese seudo desarrollo sustentable no se realiza porque realmente las grandes empresas hayan reflexionado y, de pronto, hayan decidido ser personas conscientes con el ecosistema. Sólo lo hacen porque, ante una inminente y masiva preocupación por el cambio climático, les es más rentable sumarse a dicha preocupación, aunque sea de manera aparente. Que Taylor Swift compre más bonos de carbono, en vez de dejar el privilegio de su jet privado, es reflejo de eso.

A lo largo de este texto aparecerán muchas cosas que son familiares —lamentablemente— para las experiencias actuales de muchos territorios. A quienes vivimos en el territorio dominado por el estado de Chile, el guiño a lo sucedido en Grecia el año recién pasado, en donde ante una ola de incendios, el gobierno no dudó en señalar a inmigrantes pirómanos como responsables de la intencionalidad detrás de esta catástrofe —es tristemente usual que se responsabilice siempre a los sectores marginalizados, precarizados y lanzados a las fronteras de la supervivencia en las sociedades capitalistas, ya que, si no culpan al inmigrante, culpan a la persona en situación de calle, al drogadicto, extendiendo una nueva forma de estigmatizar y criminalizar al que ha sido dejado fuera por no producir plusvalor. Esto es similar a lo ocurrido en los megaincendios en la V región este verano, y discursos de odio xenofóbico como los que se dieron en Grecia también sucedieron acá, alimentando una paranoia colectiva entre las personas de los sectores afectados (Viña del Mar, Villa Alemana, Quilpué…) y los aledaños a estos (Limache y Valparaíso). En este contexto se crearon grupos de vigilancia entre los vecinos para evitar las posibles quemas, pero lo problemático fue la sospecha generalizada hacia cualquier persona desconocida o bien que llevase botellas (que podrían según ellos ser acelerante para iniciar un nuevo foco). Estas formas de paranoia colectiva y conspiracionismo son tierra fértil para el desarrollo de diversas formas de lo que hemos referido en anteriores ocasiones como pasiones de destructividad humana (y en específico una tendencia necrófila) indistintamente de la posición política. Así mismo, es aprovechado por organizaciones fascistas renovadas en el ecologismo reaccionario y el darwinismo social. Ejemplos en nuestro territorio son varios, ya hace unos años el Movimiento Social Patriota (MSP) realizó campañas de reforestación del Panul, ante un discurso que parecía consciente de la crisis ecológica, pero que tampoco cuestionaba los pilares tras la misma. Y es que a nadie le conviene llevar la reflexión más a fondo, porque mientras más nos adentramos en esta problemática, más grande nos pareciera, y más sin salida.

En determinado momento del texto, se menciona la aparición de grupos de corte eco-extremistas, como ITS, que tienen un despliegue que ya en variadas ocasiones hemos puesto en la palestra de la crítica, justamente por adherir a prácticas necrófilas propias del capitalismo. El dar muerte como salida, a partir de una separación entre quienes se discrimina que “deben morir”, desde ciertas improntas, y quienes no lo merecen. Esa administración biopolítica de la muerte no puede ser sino otra cosa que una expresión de un fascismo renovado, que se alimenta y sostiene de tendencias pre-capitalistas para darse una validez teórica y sectaria. Escaso favor realiza un bombazo en el metro a la concientización del estado actual de cosas. Muy por el contrario, alimenta el individualismo liberal al generar nuevos estadios de incertidumbre y hostilidad, y nuevas fronteras inmunitarias que nos distancian de cualquier posibilidad de una comunidad humana que pueda hacerle frente a la crisis que ya está acá.

Cuando, en el año 2000, Paul Crutzen y el ecologista Eugene Stoermer en un artículo publicado en la revista «Newsletter of the International Geosphere-Biosphere Programme», acuñaron el concepto de Antropoceno, tuvieron la lucidez de, desde la ciencia, cerrar las bocas de conservadores de extrema derecha que se encontraban ya en ese entonces negando una crisis ecológica planetaria. Ya que, demostraron con hechos, cómo el ser humano se había convertido desde la década de 1940 en un agente potente de cambios geofísicos – es decir, en la estructura y composición del suelo, modificaciones climáticas, alteraciones en el ecosistema, repercusiones del estilo de vida en flora y fauna que llevó a la actual sexta mega-extinción. Sin embargo, aunque existimos como cuerpo-especie, no es equiparable, por ejemplo, la emisión de dióxido de carbono que un proletario libera a la atmósfera que el jet privado de Taylor Swift. Así como no es equiparable la contaminación a las aguas que realizamos en el día a día, que la que realiza una minera que extrae petróleo en el norte en una hora.

A partir de eso, Jason Moore, en su libro del 2015 “El capitalismo en la trama de la vida” hace la especificación de la era geológica del Capitaloceno: el capitalismo, como modelo reificador que ha reducido toda forma y materia a un objeto con valor de uso, cambio, y exhibición, es el principal responsable de la crisis global. Bajo este prisma, cualquier crítica que se realice, y que se quede anclado en reformismos socialdemócratas para apalear la crisis sin ir a sus cimientos, sólo se está engañando a sí misma. Esto es algo muy tradicional en los gobiernos progresistas actuales, quienes, de partida se posicionan por un medioambientalismo que sigue reproduciendo la falsa dicotomía humanidad/naturaleza, al considerar a la naturaleza un entorno externo, como si fuese un objeto o escenario en el cual nos movemos sin afectar ni ser afectadxs. Las medidas progresistas caen igualmente en un capitalismo verde, principalmente porque los Estado nación son los principales cómplices y beneficiarios del modelo económico capitalista. Lobbys empresariales, familiares que son parte de estas empresas, bonificaciones…

El riesgo del progresismo es que, ante la desilusión de los sectores sociales que siguen desplegando su confianza ciegamente en ellos, terminen provocando un vuelco a esto que en el texto de G. M. Tamás se conceptualiza como posfascismo: Una forma transformada de fascismo que, manteniendo las premisas xenofóbicas y supremacistas, se vuelca hacia conspiraciones (como del “Gran Reemplazo”, que tiene su versión propia, que ha aparecido recientemente al señalar que en Chile la tasa de natalidad está descendiendo a niveles surcoreanos, mientras que el territorio se comienza a llenar de inmigrantes, principalmente venezolanos) que tienden al neomaltusianismo y a la recuperación de tendencias y valores precapitalistas (la patria, la familia, los grandes relatos que se han desmoronado como parte natural del curso de las sociedades occidentalizadas).

Cuando una consigna que se pretende ecologista termina dentro de las tendencias posfascistas, encuentra su muerte. Es por ello que es necesario contar con insumos que nos permitan dar cuenta de lo que Jappe escribiría en La Sociedad autófaga: “ Al contentarnos con querer un capitalismo “de rostro humano” o “ecológico”, perdemos lo mejor de las revueltas iniciadas en mayo del sesenta y ocho: el deseo de criticarlo todo a partir de la vida cotidiana y de la “locura ordinaria” de la sociedad capitalista, que sitúa a todo el mundo ante la absurda alternativa de sacrificar su vida al trabajo.

Ante esta transformación de las consignas ecológicas a la ecuación neoliberal del posfascismo, es necesario que levantemos esta urgencia, antes de caer en fantasmas que nos devorarán más temprano que tarde —el alzamiento de un posfascismo banalizado, que surge desde la desesperanza por un cataclismo, o el cataclismo mismo.

____________________________________________

La crisis ecológica y el auge del posfascismo
Antithesis

La crisis ecológica afecta profundamente a las condiciones materiales de la reproducción social, yendo más allá de los «desastres naturales» para abarcar una profundización de las contradicciones inherentes al capitalismo. Esta crisis no sólo se manifiesta en acontecimientos como inundaciones, sequías y pandemias, sino que también desempeña un papel directo a la hora de alimentar conflictos, malestar social y desplazamientos masivos. En lo que sigue, intentamos exponer un argumento exhaustivo sobre la conexión entre la crisis ecológica y el auge de lo que llamamos la corriente posfascismo, una tendencia política e ideológica que está surgiendo en todo el mundo. El posfascismo es la forma política de la conversión de la indignación generalizada de las masas ante las condiciones de la existencia social en nacionalismo, racismo y conflicto etnocultural sin cuestionar en lo más mínimo las formas dominantes del liberalismo autoritario. Por el contrario, sirve de complemento a estas formas, actuando como palanca para normalizar políticas antaño consideradas extremas e inaceptables, al tiempo que crea un falso adversario que las legitima.

Continue reading →

Los anarquistas musulmanes del siglo IX (2022) de Patricia Crone – Robert Graham

Patricia Crone (1945-2015) fue una historiadora académica especializada en la historia del Islam primitivo. En su artículo «Ninth-Century Muslim Anarchists» (Anarquistas musulmanes del siglo IX), Past and Present, nº 167 (mayo de 2000), pp. 3-28, Patricia Crone describe a dos grupos musulmanes del siglo IX como libertarios anarquistas.

El primer grupo que describe como «libertario» religioso y político era el de los najdiyya, que creían que cada uno «era responsable de su propio camino hacia la salvación» y, por tanto, no debían «tener ningún amo aparte de Dios» [«Ninth-Century Muslim Anarchists», Past and Present, nº 167 (mayo de 2000), pp. 3-28, p. 26]. En su apoyo a la libertad de pensamiento, los najdiyya incluían la libertad de cometer errores honestos, «pues Dios no castigaría [a alguien] por una conclusión errónea alcanzada por ignorancia»[«A Statement by the Najdiyya Kharijites on the Dispensability of the Imamate», Studia Islamica, No. 88 (1998), pp. 55-76, p. 70]. El único sistema de gobierno legítimo sería el de un jefe «elegido por la comunidad, supervisado por ella y depuesto por ella si se le encuentra descarriado: no sería más que el agente de la comunidad»[«Ninth-Century,», p. 25].

Crone ve el ideal najdiyya «como una reafirmación islámica de la pequeña sociedad cara a cara del pasado tribal en la que ningún hombre libre había estado sometido a otro ni en términos políticos ni religiosos»[«Declaración», p. 76]. La reivindicación najdiyya de un pasado tribal más igualitario es similar a la de los primeros taoístas, que se remontan a las virtudes percibidas de las sociedades prejerárquicas de China.

El anarquismo «religioso» de los najdiyya es comparable al rechazo de la Cuarta Filosofía judía del siglo I y de los zelotes a cualquier amo que no fuera Dios. Sin embargo, el alcance del «libertarismo» najdiyya era muy limitado: los únicos libres para seguir su propio camino eran los propios najdiyya, los únicos musulmanes verdaderos: «Todos los demás eran infieles que, en principio, podían ser esclavizados, desposeídos y exterminados por los najdiyya, si éstos así lo decidían». [«Ninth-Century», p. 26]. El «anarquismo» najdiyya, como el de los primeros estoicos, se limitaba a los iniciados.

Crone describe a otro grupo musulmán del siglo IX de nuestra era, los mu’tazilitas, como «anarquista», pero su parecido con el anarquismo moderno es aún más tenue que el de los najdiyya. Pensaban que «un gobierno injusto convertía la propiedad en inmoral, no que la propiedad engendrara un gobierno injusto» y que «si se eliminaba al jefe de Estado e, implícitamente, a su ejército y su burocracia, la sociedad iría bien», a pesar de las continuas disparidades de riqueza y poder.

Al igual que los capitalistas del laissez-faire de hoy en día, a los que les gusta llamarse «libertarios», los mu’tazilitas no se oponían a «la existencia del poder coercitivo, sino a su distribución», y preferían verlo más disperso y descentralizado [«Ninth-Century,», p. 22]. Creían «en la prescindibilidad del gobierno», no en la abolición de la jerarquía, la dominación y la explotación [“Ninth-Century,” p. 5]. En el mejor de los casos, eran lo que hoy se describiría como «anarquistas filosóficos», que cuestionaban la legitimidad incluso de sus propios gobernantes musulmanes, pero que no creían que el gobierno pudiera o debiera ser abolido «del todo»[Ninth-Century,, p. 21].

La comparación entre los mu’tazilitas y los «libertarios» capitalistas de hoy en día es acertada si se tiene en cuenta que los primeros aceptan y aprueban la pena corporal y capital para las violaciones de la ley islámica, del mismo modo que los «libertarios» capitalistas aprueban el castigo carcelario para los delitos contra la propiedad a través de fuerzas policiales y tribunales privados. Los castigos islámicos de «amputación de manos de ladrones» y «ejecución de asesinos» seguirían siendo aplicados, pero por individuos de forma ad hoc, en lugar de por un aparato estatal[«Ninth-Century,», p. 17]. Algunos «mu’tazilitas propusieron que los líderes dignos de confianza y eruditos de hogares, distritos, tribus y pueblos aplicaran la ley dentro de su jurisdicción», con lo que el poder volvería «a patriarcas y líderes locales – tiranos domésticos y matones locales en la jerga moderna». [«Ninth-Century», p. 17]

Para Crone, describir a los Mu’tazilitas como anarquistas simplemente ilustra su propia incomprensión del anarquismo, que se basa en su definición muy estrecha del anarquismo como cualquier «creencia en la prescindibilidad del gobierno» [«Ninth Century», p. 5] Para Crone afirmar además que la moderna «alternativa anarquista al Estado es más a menudo que no autoritarismo de otro tipo, y con frecuencia más exhaustivo», es completamente insostenible [«Ninth Century», p. 21]. Se buscará mucho antes de encontrar a algún anarquista moderno que apoye el castigo carcelario, corporal o capital, o el autoritarismo de cualquier tipo. Un antiautoritarismo exhaustivo ha sido un tema central del anarquismo moderno desde sus inicios. Espero que el libro recientemente publicado de Mohamed Abdou, Islam and Anarchism, presente un análisis más sofisticado.

Robert Graham

NARCOTRÁFICO Y CAPITAL

Extraído del Boletín La Oveja Negra
año 10 – Número 79 – Noviembre 2021

Es por sus aspectos más superficiales que el narcotráfico llega a la discusión pública y a la prensa. Intentaremos atravesar la superficialidad del asunto. El narcotráfico es un síntoma de la situación económica que está causando estragos en el tejido social a lo largo y ancho del país. Inseparable de los graves y generalizados problemas de adicciones, se trata de un fenómeno que crece en la sociedad capitalista. Buscaremos abordar este problema social desde un punto de vista de clase.

La droga es otra mercancía producida y distribuida según los criterios de la sociedad capitalista. De hecho, antes de ser prohibidas, algunas drogas eran producidas por laboratorios y vendidas como productos farmacéuticos.

La heroína y la cocaína, desde principios y mediados del siglo XIX respectivamente, fueron desarrolladas y producidas a escala industrial en decenas de países por empresas químicas y farmacéuticas. Ambas eran ampliamente prescritas, suministradas en hospitales y recomendadas por la medicina moderna, fundamentalmente para continuar con el trabajo o soportar dolores de heridas producidas durante las guerras. La fuerte dependencia fisiológica provocada por estas nuevas mercancías generó en los soldados y explotados en general, la veloz formación de un mercado cautivo. A través de las épocas y cambios culturales, el tráfico, las drogas legales e ilegales y los adictos han existido y tomado diversas formas hasta llegar al modo que hoy conocemos.

El tráfico de drogas en la actualidad es una rama más de la economía capitalista y, como en cualquier otra, la explotación, la muerte y la extorsión se hacen presentes. No es la primera ni la única rama productiva en la cual se emplea trabajo esclavizado o medios ilegales para eliminar a la competencia. Sin embargo, por su condición de casi absoluta ilegalidad, su escala internacional, sus consecuencias sobre una gran parte de la población y el abordaje mediático y estatal, la violencia toma una notoriedad mayor. Los productores y vendedores de droga deben asegurar su territorio, extorsionar, desalojar, tirotear, encargar asesinatos, explotar, invertir en negocios lícitos, contribuyendo a la economía. Según un estudio de la ONU el tráfico global de sustancias generó aproximadamente 321.6 miles de millones de dólares en 2003, aproximadamente un 1% del PBI mundial de ese mismo año.

… y Estado

La producción de miedo y la consecuente extensión del silencio garantizan importantes ganancias para los traficantes y sus socios, así como un efecto disciplinario en la población. Lo que hoy vivimos en Rosario ya ha sucedido o está sucediendo en otras ciudades del mundo. De hecho, ya se esperaba que esto ocurriese por parte de quienes “regulan” estas actividades. A mediados de los noventa, dos agentes especiales de la DEA (Drug Enforcement Administration: agencia estadounidense de “Administración para el Control de Drogas”) disertaron para una decena de oficiales de Inteligencia de Drogas Peligrosas de Santa Fe. Uno de ellos cerró la charla diciendo: «Todavía en la Argentina viven una relativa calma urbana con el delito de drogas. Pero esto se terminará no bien empiecen a instalarse cocinas de cocaína. Eso creará un rubro nuevo en la economía local, dará empleo, abaratará la mercadería y también la multiplicará. Cuando eso pase, tengan por seguro que habrá dos efectos: se diseminarán las muertes violentas y la corrupción policial alcanzará niveles que jamás vieron.»

Continue reading →

Anarquismo y el evangelio: Jesús, el Estado, el Capital y Dios.

Por Fray Desquicio (Corresponsal Vaticano) Colaboración Extraído del El Surco N° 36-37, Junio-Julio 2012 [Descarga El Surco N° 36] [Descarga El Surco N° 37] [Revista todos los Surcos AQUÍ]   “Cualquiera que niegue la autoridad y luche contra ella es un anarquista” (S. Faure) “¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, […]

Anarquismo y el evangelio: Jesús, el Estado, el Capital y Dios.

[Descarga] El Mito Bolchevique, de Alexander Berkman

«El Mito Bolchevique, Diario 1920-1922» de Alexander Berkman, 1925

[Descarga aquí]

Reseña Editorial La Malatesta.

ABerkman-portadaalibro


En 1919, Alexander Berkman, Emma Goldman y otras 247 personas (socialistas, anarquistas, sindicalistas…) son deportados desde los Estados Unidos de Norteamérica a la Rusia revolucionaria. Llegarán cargados de ilusiones y dispuestos a dar lo mejor de sí mismos para ayudar a crear el paraíso de los trabajadores. Pronto descubrirán el lado oscuro de ese paraíso: la revolución se autodevora. Burocracia y represión se dan la mano para acogotar los últimos vestigios revolucionarios.

Berkman nos relata, no solo su periplo por toda la geografía de la cambiante Rusia de los años 20, desde Moscú a Siberia atravesando Georgia, sino también su catarsis personal pasando de un apoyo sin fisuras a los bolcheviques y su proceso revolucionario a su frontal oposición a un sistema que, tras el aura de emancipador, en realidad escondía un incipiente régimen basado en la arbitrariedad, los privilegios personales, la creación de una casta privilegiada entre los miembros del partido y un ataque furibundo a cualquier muestra de libertad. Este testimonio excepcional, por primera vez traducido al castellano, nos pinta un cuadro inédito de la Revolución rusa justo antes de la insurrección de Kronstadt de 1921, verdadera muestra de la locura bolchevique y aldabonazo en las conciencias revolucionarias del momento; Alexander Berkman, con una clarividencia excepcional, prevé y argumenta la deriva totalitaria y criminal de la que fue llamada durante mucho tiempo «la patria de los trabajadores».

LaMalatesta Editorial – Tierra de Fuego. Madrid-Tenerife 2013

contraportada-pcK.jpg

Reseña «El Mito Bolchevique» [1970-1936]

Reseña por Julián Vadillo, en Periódico Diagonal

«Kronstad exigía sólo unas elecciones honestas, soviets libres de la dominación comunista. Defendían las proclamas de Octubre y revivir el verdadero espíritu de la revolución. Kronstadt fue aplastado tan implacablemente como Thiers y Gallifet asesinaron a los comuneros de París» (El Mito Bolchevique, p. 284).

Con el antecedente de la Comuna de París, los revolucionarios rusos consiguieron derrocar las anquilosadas estructuras del zarismo y desarrollar una sociedad distinta. Los ricos debates que generó la Revolución Rusa pusieron en liza todas las tendencias revolucionarias del momento, desde el marxismo hasta el anarquismo. 

Continue reading →

Un anarquista contra Hitler – Friedrich Kniestedt en Brasil (2022) – Tom Goyens

En octubre de 1945, sesenta y seis brasileños de origen alemán presentaron una petición al gobierno de Brasil, exigiendo que se les reconociera como activistas antinazis, a diferencia de sus compatriotas que habían simpatizado con el Tercer Reich y ahora eran acosados. El principal peticionario era Friedrich Kniestedt, un anarquista de setenta y dos años […]

Un anarquista contra Hitler – Friedrich Kniestedt en Brasil (2022) – Tom Goyens

Tolkien El anarquista – La Tierra Media, Chomsky y la búsqueda de la Comarca de cada día (2020) – Joel Cornell

La Tierra Media es posiblemente el mundo fantástico más primordial, intrincado e influyente del canon de la cultura literaria occidental. Las obras narrativas más completas de John Ronald Reuel Tolkien, El Señor de los Anillos y El Hobbit, han vendido millones de ejemplares en docenas de idiomas, han cobrado vida en una serie de películas […]

Tolkien El anarquista – La Tierra Media, Chomsky y la búsqueda de la Comarca de cada día (2020) – Joel Cornell

MUTACIONES POSFASCISTAS Y UNA CRÍTICA AL ANTIFASCISMO 

Presentación del libro:
La Religión de la Muerte
Post scriptum sobre viejos y nuevos fascismos 
Julio Cortés Morales (Editorial Tempestades)

Maximiliano Guerrero
Miembro del Archivo Histórico La Revuelta
1 de septiembre 2023

En el último tiempo ha habido un florecimiento de investigaciones, estudios, libros, artículos con respecto al auge de las ultraderechas, las extremas derechas, los fascismos, posfascismos, y nuevas derechas radicales populistas. Como es el caso de los libros “La ultraderecha hoy” de Cas Mudde, “Las Nuevas caras de la derecha” de Enzo Traverso, “Extremas derechas 2.0. Qué es y cómo combatirla” de Steven Forti, “¿La Rebeldía se volvió de derecha? Cómo el antiprogresismo y la anti-corrección política están construyendo un nuevo sentido común (y por qué la izquierda debería tomarlos en serio)” de Pablo Stefanoni, entre muchos otros. Dentro de toda esta literatura, la teoría comunista radical y editoriales anarquistas también se han inmiscuido en publicar sobre este fenómeno. Publicaciones como «Ecofascismo» de Carlos Taibo por Editorial Eleuterio, “Fascismo Rojo, Fascismo Pardo” de Otto Rühle de la editorial Pensamiento y Batalla (que salió el mes pasado), Fascismo/Antifascismo de Dauvé por la editorial Sapos y Culebras, y anteriormente por Editorial Tempestades “¿Patria o Caos? El archipiélago del posfascismo y la nueva derecha en Chile”. Por el mismo autor, que ahora presentamos el libro “La Religión de la Muerte. Post scriptum sobre viejos y nuevos fascismo” de la misma editorial.. 

La razón detrás de investigar este fenómeno no es tan sencilla, ya que estamos presenciando el surgimiento de una derecha que no se ajusta al marco político tradicional que surgió después de la caída del Muro de Berlín. En su lugar, estamos observando el surgimiento de una nueva forma de derecha que plantea interrogantes sobre si estamos tratando con meras corrientes derechistas radicales de índole populista o si nos enfrentamos a variantes de fascismo renovado, neofascismo y posfascismo. Esta situación complica el panorama y sus implicaciones.  Si esta nueva derecha o estos auges neoconservadores corresponden a si son fascismo o no, esas son las tareas que surgen en libros como este, desenmarañar este enredo de conceptos en que comúnmente se llama como “FASCISMO”. Pero ¿todos estos partidos, movimientos que vemos en auge tanto en Europa como en América son realmente fascistas? Y lo más importante. ¿Qué vamos a entender como fascismo?

¿El Movimiento Social Patriota es fascista al igual que lo es el Partido Republicano de José Kast? ¿Fue Pinochet simplemente un dictador latinoamericano de corte autoritario, o su régimen también cae en la categoría de fascista? ¿Es el candidato argentino, Javier Milei, un fascista?

Continue reading →